Como si de una escena de película se tratará una tenue luz ilumina el
estudio, un brillo misterioso ilumina su Tablet PC, en el centro de su
escritorio. Para desbloquearla, de forma casual desplaza el dedo a
través de la pantalla táctil. En cuestión de segundos, pulsos de la
información están siendo descargados de Internet ¿Un poco de música para
acompañar ? Tan pronto como cree que los Beach Boys es lo apropiado sus
acordes comienzan a sonar a través de los imanes de neodimio de los
auriculares.
Para muchos de nosotros, tal escena es la realidad mundana. Rara vez nos
detenemos a pensar en los avances en los materiales que subyacen a
nuestra tecnología. Sin embargo, casi todos nuestros gadgets personales
e innovaciones tecnológicas tienen algo en común: se basan en algunos
materiales muy poco usuales provenientes de la tabla periódica. Incluso
si usted nunca ha oído hablar de hafnio, erbio o tantalio, lo más
probable es que haya algunos no muy lejos de donde usted está sentado.
No obstante pronto podría estar escuchando mucho más de ellos. La
demanda de muchos de estos elementos desconocidos se está disparando,
hasta el punto de que pronto podría superar a la oferta. Eso es en parte
producto de nuestra hambre insaciable de los últimos aparatos, pero
también está siendo impulsada por la revolución de energía verde. Todos
los auriculares o discos duros de computadoras, dependen de las
propiedades magnéticas del neodimio o disprosio, sin embargo una turbina
eólica o el motor de un coche eléctrico exige aún más. Del mismo modo,
las propiedades que hacen indispensable el indio en cada pantalla táctil
hace que sea un referente en la próxima generación de celdas solares.
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